Primera regla: MOSTRAR NUESTROS PUNTOS FUERTES.
Eso sí, con naturalidad, sin pasarse, no olvidar que hay que demostrarlo en los documentos aportados y que los comprobarán. Si tienes primero de derecho, eso no le interesa a nadie, si te faltan dos asignaturas para terminar medicina ¡acábalas cuanto antes! No sería el primer currículum que he leído en el que me han aportado un certificado de buena conducta de la guardería infantil; como anécdota está muy bien, aunque le quita interés y relevancia. Debemos centrarnos en los méritos relacionados con el trabajo objeto de la entrevista.
Segunda regla: LENGUAJE POSITIVO.
No utilizar muletillas, palabras argot, sustituir los "peros" por un "además". Si nos piden informática e Inglés, y decimos "pero es que yo soy de letras y francés..." estamos perdidos; en cambio un "además podría incorporar conocimientos de francés..." daría un sentido totalmente distinto.
Tercera regla: NUESTRA CONFIANZA ES NUESTRA MEJOR TARJETA DE VISITA.
En los gestos, en nuestra forma de hablar. Hagámoslo con confianza en nosotros mismos: ellos también están interesados en nosotros. Atención a la mirada constante, la palabra precisa y rebuscada y a la sonrisa perfecta.... Naturalidad ante todo. Mirada 2/3 del tiempo, descansar de vez en cuando; sonrisa la que nos salga de forma espontánea; palabra la que conozcamos con certeza y defina mejor lo que queremos expresar. El mejor lenguaje es el directo, el sencillo.
Cuarta regla: NO HABLAR MAL DE TERCEROS.
Si lo hacemos perdemos toda nuestra credibilidad. Jamás debemos criticar a un compañero de trabajo, sobre todo en una entrevista, aunque nos lo pongan a tiro, puede ser una trampa y, además, la nobleza no está nunca de más. Así que tened discreción en las situaciones delicadas.
Quinta regla: VERSATILIDAD, FLEXIBILIDAD, ADAPTABILIDAD.
Es el sueño de todo empresario, tener empleados versátiles, flexibles y adaptables a cualquier puesto de trabajo; bien, mostrémosles esas cualidades, enseñemos nuestra actitud abierta y positiva ante nuevas situaciones. No me equivoco si aseguro que esto no debe confundirse con el peloteo, la sumisión, el gregarismo y el arrastre de barriga por el suelo del despacho, eso nos haría quedar fatal...
Sexta regla: CONOCER EL ENTORNO.
Esto lo hacen hasta los militares: el conocimiento del terreno, de los movimientos, de los objetivos de la empresa, lo que buscan de nosotros. No dejemos nada para la improvisación, hay que preparar la entrevista con tiempo, llegaremos con tiempo, pero no antes que los trabajadores de la limpieza.
Séptima regla: UTILIZAR IDEAS FUERZA, PALABRAS CLAVE.
Ya sabéis: reto, experiencia, futuro, confianza, colaboración, eficacia, proyecto, garantía, responsabilidad, metas, objetivos.... palabras que deben estar integradas en vuestro pensamiento, no gastarlas y, sobre todo, que sean sinceras, que formen parte de vuestra manera de ser.
Octava regla: SABER ESCUCHAR.
Atender a todas las preguntas que nos hagan, escuchar activamente.
Tenemos dos orejas y una sola lengua, por tanto debemos escuchar el doble.
Novena regla: CONCRETAR, RESOLVER TODOS LOS ASPECTOS.
Jamás se os ocurra responder divagando, tratar de concretar al máximo, resumir.
Décima regla: NATURALIDAD.
Si hacemos poses ensayadas, nos descubrirán y, a no ser que el trabajo sea en el cine o el teatro, no nos ayudará mucho. Tampoco pecar de exceso de confianza ni en nosotros mismos ni, nunca, en el entrevistador..... Recordad: La virtud está en el término medio, decía Aristóteles.
BIBIANA ALEXANDRA ZULUAGA RIVERA
1 comentario:
muy interesante, la tomaré como referencia en el proximo curso
un saludiño
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